4 may 2010

Capítulo 39


Llegamos a mi casa. Tyler me acompañó hasta la puerta.
-Gracias, supongo que sabrán donde estoy pero tú igualmente no digas nada ¿vale?- Asintió.
-¿Vas a invitarme a pasar?- Dijo con una sonrisa divertida. Esto me hizo ver la oportunidad que tenía frente a mí, la oportunidad de averiguar si los vampiros pueden entrar en un lugar donde duermen humanos sin ser invitados.
-Pues....quizá quieras intentarlo- dije sonriendo.
-Si no me dices: oh maravilloso Ty, me puedes llamar Ty, te dejo que pases o te invito a pasar a esta mi espléndida casa no voy a poder pasar.- Comencé a reírme.
-Pues, pues te vas a quedar con las ganas- dije como pude mientras reía- oh maravilloso Ty.
Cuando por fin terminé de reír, me di cuenta de que estaba amaneciendo.
-Tyler, digo Ty, esta amaneciendo- dije algo nerviosa- ¿vas a explotar, arder o vas a hacer algo que hagáis los vampiros?- Sonrió y alzó la mano izquierda. Llevaba un anillo, parecía de plata con una piedra de color azul.- ¿Un anillo?- Pregunté extrañada- ¿con una piedra azul? No será lapislázuli ¿verdad? Porque si lo es, lo que me faltaba ya- era como en The Vampire Diaries, vampiros con anillos con un lapislázuli que hacía que no se friesen si salían a la luz del sol. Volvió a sonreír y dijo:
-Si, es un anillo y la piedra no es lapislázuli, es espinela y tampoco es exactamente azul- volvió a sonreír- es azul grisáceo. ¿Eres fan de todas las series de vampiros?
-Ah. Si que lo soy, ¿algún problema? Gracias a ellas se muchas cosas de vosotros y pienso usarlas si es necesario- “aunque no se si son ciertas” pensé.
-¡Cuidado! Que se nos enfada y se nos convierte en una caza vampiros- dijo burlándose.
-Si, cuidado. Te lo digo en serio ¿eh? Por cierto, gracias por traerme, pero creo que tendré que volver, Tor está allí. Dormiré un rato y luego me pasaré a por él.
-Vale, no tienes muy buena cara, te vendrá bien dormir- ¡Qué no tenía buena cara! ¿Qué cara tienes que tener cuando te enteras de lo que yo me he enterado en un momento?
Fue a darme dos besos pero no pudo entrar, sonrió y se marchó.
Cerré la puerta con llave (por si les daba por aparecer a alguno) y fui directa a tirarme en la cama.

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